Pop-up de inscripción a un mailing: ¿eficaz o intrusivo?
Un pop-up es una ventana emergente que aparece de forma automática e intrusiva en una web y que impide seguir con la actividad que estábamos desarrollando hasta el momento.
Para la mayoría del público, los pop-ups resultan molestos e inútiles, básicamente cuando se tratan de anuncios que nada tienen que ver con la consulta que se está llevando a cabo en una página web (publicidades en webs de periódicos, etc.). Sin embargo, si se utilice de forma efectiva, un pop-up puede resultar altamente beneficioso.
En el caso de nuestro blog, cuando un visitante lleva varios segundos navegando, le aparece el pop-up mostrado en la imagen. Nuestra ventana emergente invita a los lectores a suscribirse a nuestro mailing para mantenerse al día de las novedades. Además, obsequiamos al nuevo inscrito con un documento titulado ’10 consejos infalibles para mejorar sus mailing’. El proceso a seguir es muy simple: ignorar y cerrar el pop-up o bien darse de alta para obtener los mencionados beneficios.
Si el lector decide inscribirse, todas las partes salen beneficiadas, puesto que nosotros incrementamos de forma opt-in nuestra propia base de datos. Por el contrario, si el visitante no está interesado, simplemente debe cerrar la ventana y seguir con su consulta: una fórmula poco intrusiva y molesta para el lector, básicamente porque el recuadro no esconde la forma de cerrarlo.
Además, una vez el visitante ha tomado una decisión u otra respecto al pop-up, no lo volverá a ver: si ya se ha inscrito es absurdo que le vuelva a aparecer, y si ha decidio no inscribirse, encontrará la forma de darse de alta más adelante en la columna lateral del blog.
Otros tipos de pop-ups
En nuestro blog también contamos con otro tipo de pop-up nada molesto para el visitante; más bien todo lo contrario. Aparece en la parte inferior derecha de la página, una vez el lector ha entrado en un post concreto, y propone artículos similares que pueden completar la lectura y ampliar los conocimientos al respecto. No impide seguir con la lectura ni hay por qué cerrarlo ya que si no interesa, simplemente, se ignora.
Evita la intrusión extrema
Un grave error es decidir que el pop-up aparezca nada más acceder a una página web sin que permita al lector ver el contenido de la misma. Nada peor que pedirle al visitante, en ese momento, su dirección de correo electrónico: lo más seguro es que se sienta tan molesto por la intrusión que cierre la ventana sin ni siquiera consultar el contenido. Además, cabe la posibilidad de que jamás vuelva a visitar la web, por lo que hay que aplicar sentido común a este tipo de ventanas emergentes.
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